anónimos

Qué grande es tener una contraseña y filtrar comentarios. Vengo observando de un cierto tiempo hacia aquí que el blog está mucho más tranquilo.

Una vez puestas las disculpas encima de la mesa y los tramposos en el infierno (nosotros), el blog ha decaído en comentarios. Es lógico, cuesta acceder, escribir contraseña y usuario...lo que viene siendo una persona vaga. Era mucho más fácil eso de "anónimo" o inventarse un nombre y soltar en ese espacio en blanco la biblia en aremeo.... vamos, al principio de los tiempos yo era de esos. Cuando no me había Confirmado (17 años) todavía por la Iglesia, yo hacía esas cosas... y hay alguno por ahí...¡eyy pillín!, que todavía lo sigue haciendo!!!

En muchos blog, además, hay chat..y eso ya es la repera, se suelten de lindeces... ya le dije yo a Edu Lagares, responsable de la Jugoplastika, que eso podía traer consecuencias, sobre todo cuando los anónimos hacían acto de presencia. De hecho, me informan, que ciertos anónimos han roto con sus respectivas parejas, incluso se han cerrado blogs por ello...si es que no puede ser.

En definitiva, administradores del mundo, os aconsejo eso de privar a los anónimos. Uno se queda a gusto y evita problemas. Así es más difícil poner etiquetas. Porque a la cara, en una cancha, ya es más difícil que el anónimo se atreva...en fin, que hoy estoy aburrido, no tengo vida social y además, hemos bajado por culpa de Zapatero. ¿No es así?

Recuerdo a un compañero de clase que dijo una vez que Anónimo era un escritor muy famoso. La clase, lógicamente, miraba con estupor y asombro a mi compañero. El profesor de Lengua, acallando las risas de corrillo le dijo que porqué pensaba eso; el chico explicó que era el único autor que conocía que había escrito más de cien obras y que no conocía ningún autor que tuviera tantas... Desde su ignorancia, mi compañero no sabía exactamente que significaba anónimo y mientras todos nos reíamos, el profesor me preguntó que si yo sabía quien había escrito L'a Celestina'... la cara se me descompuso por completo porque no tenía ni pajolera idea. Acto seguido, nadie se atrevía a reirse y todo el mundo agachaba la cabeza evitando ser visto por el profesor, por si se le ocurría preguntar otro libro o autor...mi compañero, el 'ignorante anónimo', contestó: ¡¡Fernando de Rojas!!. La clase se quedó atónita y fue el único que no se puso a copiar en el recreo 500 veces "no me reiré de los demás en clase" Hoy, ese compañero, ya está haciendo la tesis en Filología Hispánica sobre autores desconocidos del S.XV y además, juega al baloncesto...al menos, en su tiempo, por aquella dulce década de los 90, mi compañero fue un gran anónimo, de los pocos que quedan....