Tengo un 'párpito'

Cortita, a la mano y sin despeinarse

Ni Río, ni Chicago, ni Tokio, ni Madrid; en medio de la vorágine informativa a propósito de la sede que albergará los Juegos Olímpicos de 2016, me quedé transpuesto unos minutos en el sofá de mi casa e imaginé cómo sería una hipotética candidatura de Sevilla. He de decir, antes de continuar, que mi mente enferma no se hace responsable de la diversidad afectiva que puedan causar mis palabras.

A lo que iba. Imaginé en Copenhague a una delegación sevillana encabezada por Alfredo Sánchez Monteseirín, y formada por Lolo Silva, Del Nido, Lopera, el Risitas y los Morancos, entre otros.

El discurso del alcalde iría encaminado a ensalzar los kilómetros de carril bici construidos… y los que aún quedan por construir. Cada vez se hace más complicado circular por la ciudad, ya que, con la llegada de la era de la bicicleta, el ciudadano debe tener cuidado con los conductores, los peatones, los corredores, los motociclistas, los ciclistas y los patinadores; aparte de los taxistas, claro está. Una selva vial, vamos.

Monteseirín también presumiría de metro. Sólo falla una cosa: ¿Alguien coge el metro? Eso da igual, lo importante es que tenemos metro al igual que las grandes urbes europeas.

Lolo Silva se encargaría de explicar a éstos del COI que Sevilla es una ciudad que vive por y para el deporte. Está claro que los sevillanos somos más de deportes colectivos y donde, a poder ser, la protagonista sea la pelota; aunque bien es cierto que si el día se pone tonto y caen cuatro gotas, tenemos la capacidad de cambiar esa pelota por una piragua y unos remos. Éste sería el punto fuerte de la candidatura: los pabellones multiusos del señor Silva.

Nuestro querido Lopera se encargaría de las infraestructuras, en concreto, del secreto de cómo acabarlas. El ejemplo más claro sería el estadio que lleva su nombre: mitad “platillo volante”, mitad… Bueno, dense un ‘voltio’ por los alrededores del ‘Don Manué’ Stadium y añadan el adjetivo que deseen.

A José María Del Nido le encomendaríamos la más ardua tarea. Con su poder de oratoria, sería la persona indicada para tratar de convencer, “sí o sí”, a los votantes más indecisos. Ni el carisma de Obama haría frente a la grandeza del segundo hombre más importante del mundo después del Papa. “¿Obama? Ese señor no sería ni alcalde de Casariche, sin lugar a duda alguna”.

La exposición tendría como colofón las actuaciones en directo de los Morancos y el Risitas, que se responsabilizarían de amenizar el acto. Todo esto aderezado con el eslogan ‘Tengo un ‘párpito’’ y el logotipo que ven en la imagen de arriba.

Después me desperté de este extraño sueño y... ganó Río de Janeiro. ¡Enhorabuena!